jueves, 11 de junio de 2009

"HONOR Y GLORIA PARA MIGUEL MONTENEGRO"


Si me tomará la libertad de escribir un epitafio sobre la tumba, última morada de quien hoy nos ha dejado físicamente, Comandante PNP Miguel Montenegro Castillo diría:
“AQUÍ YACE UN POLICÍA VALIENTE Y HONESTO”.
Ejemplo de presentes y futuras generaciones. Estas dos virtudes podrían resumir su paso por este mundo.
Honremos su memoria. “La muerte no es el final”
Estas palabras, vinieron a mi mente, el día de anteayer, fecha en que tomé conocimiento de la infausta noticia de la prematura desaparición de nuestro querido, respetado y recordado amigo Miguel.
Creo que las palabras que mejor definieran a aquel hombre extraordinario, de convicciones morales profundas, no encontraría otra, expresión que la de “autentico servidor de la justicia”.
Sí, Miguel, fue, siguiendo el ejemplo de tantas personalidades probas y honestas que pasaron por esta importante y ejemplar Institución; un hombre que avocó todas las fuerzas de su vitalidad al alto ideal del valor del orden y cumplimiento de la ley.
Como en pocas personas, vi en él, credenciales morales, que hacían volcar su fe, y fuerza, en su querida institución, y las grandes responsabilidades que ésta tiene, en cuanto Institución que persigue y denuncia las conductas de relevancia delictiva y defensor de la legalidad.
Un hombre que ha sido y es ejemplo de fortaleza, es la mejor herencia moral que deja a su querida familia, a la Policía Nacional y a todos nosotros.
La muerte no es el final, repitió una y otra vez mi memoria. Y no puede ser el final, ni podrá serlo, porque el sentimiento por la vida, que se opone al de la muerte, es siempre más alto. Todas las aspiraciones humanas se inspiran en la vida.

Nuestro destino no es la muerte.
Nuestros más grandes ideales, se nutren de las fuerzas de la vida. Nuestro querido amigo Miguel lo supo desde siempre, y a esos ideales, ante los que algunos claudican, el sirvió con tesón, con un vigor que en todos provocó un marcado asombro y admiración.
El, Miguel, fue un servidor, imparcial e independiente, férreo, como pocos pueden serlo, de la justicia. Su carácter, y desempeño, que debe ser un orgullo para esta institución, ha de inspirar todavía, por mucho tiempo, a muchos Policías jóvenes del país. El vivió la vida con probidad y hoy, sin estar físicamente con nosotros, nos sigue enseñando, que sólo el trabajo, la vida desempeñada con ética, con valores puede ser aquella que este al nivel de los más altos valores humanos como la justicia.
Aún tengo el fresco recuerdo de nuestro ingreso a la CIGC-GC de La Campiña, una mañana fría de Abril del año1980 llevando a nuestras espaldas una bolsa roja con todos nuestros implementos que nos permitiría conllevar nuestra formación y formamos la Tercera Compañía “Los Domadores”, compartiendo asimismo la tercera sección, donde “disfrutamos” la bienvenida con entusiasmo y tesón. Con mucho esfuerzo ingresaste a la Escuela de Oficiales y eso marcó el rumbo del progreso para todos los integrantes de la promoción. Hoy Miguel seguirás siendo el faro que alumbre el destino de nuestras vidas.
Nuestro Comandante Miguel Montenegro, fue un buen padre, un buen esposo, un buen amigo; pero sobre todo, fue un buen y excelente Policía donde se desempeñó con honestidad y probidad.
Miguel Montenegro, sigue vivo, con su ejemplo moral, con su fortaleza espiritual entre todos nosotros.
Promoción Comandante PNP Miguel Montenegro descansa en paz.