miércoles, 23 de junio de 2010

¿Qué hacer para que los sucesos de Bagua no vuelvan a repetirse?


Autor(a): Juan Carlos Ruiz Molleda
Latinoamérica03-06-2010

Varias son las formas de recordar los sucesos de Bagua. En nuestra opinión, una de las mejores maneras es analizar los hechos y extraer de ellos las lecciones, para que no vuelvan a repetirse. Es la mejor forma de hacer memoria de los caídos, policías o civiles. De lo contrario, tendremos nuevos Baguas a lo largo del territorio de nuestro país. A continuación, algunas pistas por donde comenzar:

1. Reconocer que se violan los derechos de los pueblos indígenas en el Perú
Como dicen los psicólogos, lo primero es objetivar el problema antes de pensar en cualquier solución. Según el economista de la Universidad del Pacífico Jürgen Schuldt al 31 de diciembre del año pasado, se habían otorgado concesiones hidro carburíferas que abarcan 322.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía peruana, y que equivalen al 41,2% del área total de la Amazonía. Añadía que actualmente se gestionan acuerdos técnicos de evaluación en 10 áreas adicionales, lo que llevaría el área total de concesiones o de contratos técnicos a 445.000 km cuadrados, el 57% de nuestra Amazonía. El punto es que estas concesiones cubren el 17% del sistema de áreas protegidas –de un total de 35– y más de la mitad de todas las tierras tituladas de las comunidades indígenas, a las que el gobierno había otorgado 1.232 títulos y que ahora vende o concesiona sin su consentimiento. Independientemente de la posición política que tengamos, no hay que ser adivino para suponer que si no se adoptan medidas efectivas inmediatas, esta situación generará nuevos conflictos.
2. Reconocer que cualquier solución pasa por el cumplimiento del ordenamiento jurídico
La diferencia entre un Estado Constitucional de Derecho y uno que no lo es, es que en el primero, la solución a los conflictos sólo puede y debe darse en estricto cumplimiento del ordenamiento jurídico. Hasta ahí suena algo retórico, sin embargo no lo es, pues este ordenamiento jurídico no sólo está compuesto por leyes y normas reglamentarias –muchas de ellas refractarias de los derechos de los pueblos indígenas--, sino por la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos firmados y ratificados por el Estado, a los que la Constitución y la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional les ha reconocido la misma fuerza normativa de las normas constitucionales.
3. Reconocer que el poder del Estado sólo se puede ejercer “constitucionalmente” dentro de los competencias reconocidas
Muy vinculado al punto anterior es el imperativo que el Estado y sus diversos órganos reconozcan que no tienen un poder absoluto e ilimitado. El artículo 45 de la Constitución dice: “Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabil­idades que la Constitución y las leyes establecen”. Quiere decir que, si se ejerce este poder por fuera de las competencias que el ordenamiento jurídico reconoce, el poder de jure del Estado se convierte en un poder de facto. Esto mismo ocurre cuando el Ministerio de Energía y Minas no adecua su legislación al Convenio 169 de la OIT.
4. Replantear la función del Estado frente a la violación de los derechos de los pueblos indígenas
Cuando uno mira el comportamiento del Estado y del gobierno frente a los últimos conflictos, no se termina de comprender cuál es la función de éste, pareciera que la vigencia de los derechos de los pueblos indígenas le es ajena. El Estado y los diferentes funcionarios públicos deben de comprender, que según el artículo 44 de la Constitución, uno de los deberes primordiales del ente estatal es “garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”. Debe de entender, que de conformidad con el artículo 2 inciso 19 de la Constitución, no sólo debe reconocer el derecho fundamental de todo miembro de los pueblos indígenas “a su identidad étnica y cultural”, sino que tiene la obligación de “protege[r] la pluralidad étnica y cultural de la Nación”. Y que según el artículo 2 de la Convención Americana de Derechos Humanos, “los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”.
5. Necesidad de comprender que el Convenio 169 de la OIT no es “poesía”
Ésta es quizá una de las cosas más importantes. Los operadores del sistema de justicia, los poderes públicos, las empresas y los propios pueblos indígenas tienen que comprender que el Convenio 169 de la OIT no es un listado de buenas intenciones, cuyo cumplimiento esté sujeto a la discrecionalidad, si es que no al temperamento de los que gobiernan el país y de las empresas. El Convenio 169 de la OIT es una norma jurídica, pero no cualquiera sino de la mayor jerarquía (constitucional). Eso significa que es de aplicación inmediata en todos conflictos donde ella sea relevante. Prueba de elst es que existen mecanismos para garantizar y asegurar su cumplimiento, como son los procesos constitucionales. En concreto: que el poder político e incluso las empresas, no pueden hacer lo que les venga en gana; deben respetar los derechos fundamentales en general, y entre ellos los derechos de los pueblos indígenas.
6. Reconocer que las actividades de las empresas explotan recursos naturales tiene cobertura constitucional y no son los "malos" de la película
Tampoco se trata de pasar de un extremo a otro. Es decir, si el Estado antes sólo se preocupaba por promover la inversión y la explotación de los recursos naturales, ahora, les de la espalda y sólo se ocupe de garantizar los derechos de los pueblos indígenas. La actividad de las empresas mineras, forestales, de hidrocarburos, etc., tienen cobertura constitucional. Como dice el artículo 59 de la Constitución “El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria”. El tema no es la actividad de estas empresas en sí mismas, sino cuando no se ajustan al ordenamiento jurídico.
7. Necesidad de armonizar los diferentes intereses en conflicto
Un dato de la realidad es que los derechos colisionan. Eso no es nada malo. El derecho constitucional ha previsto un conjunto de herramientas técnicas para armonizar y compatibilizar derechos fundamentales en tensión, o cuando estos colisionan con los bienes jurídicos constitucionales. En nuestro caso, se tiene que armonizar (de un lado) los derechos fundamentales de los pueblos indígenas, las normas sobre protección del medio ambiente y sostenibilidad de la explotación sobre recursos naturales y de otro lado, los derechos fundamentales que habilitan la actividad de las empresas que explotan los recursos naturales, pues todas ellas tienen reconocimiento constitucional y son dignos de tutela jurídica. En ese sentido, la Corte Constitucional de Colombia ha señalado en forma reiterada que la explotación de los recursos naturales por las empresas solo será constitucional si es que respeta los derechos de los pueblos indígenas y los estándares de protección al medio ambiente.
8. Necesidad que los jueces asuman su función de dirimir los conflictos entre el Estado, los Pueblos Indígenas y las Empresas
Los jueces no son convidados de piedra frente a los conflictos que se susciten en un Estado Constitucional. Una de las cosas que caracterizan al Estado moderno es la proscripción de la justicia por mano propia o también la justicia privada. Son los jueces los llamados a dirimir los conflictos que surgen. El sistema de justicia tiene una tarea que cumplir, y más específicamente, la justicia constitucional, en la medida en que en este tipo de conflictos se encuentran comprometidos derechos de naturaleza constitucional. Esto pasa ciertamente por dos cosas. Primero, por que los jueces se capaciten en materia de derechos de los pueblos indígenas; y segundo, por que los propios pueblos indígenas, vean en los jueces, a esos terceros imparciales, pero cuya función es proteger los derechos fundamentales de conformidad con el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional. En la medida en que los pueblos indígenas vean que existen mecanismos democráticos “realmente efectivos” para canalizar sus demandas cuando el poder político les da la espalda, evitaran recurrir a salidas violentistas que muchas veces solo ocasionan lamentables pérdidas de vidas humanas.
9. Dar el primer paso: necesidad de promulgar la Ley de Consulta Previa
Consideramos que el gobierno tiene la oportunidad de saldar una deuda histórica que el Estado tiene con los Pueblos Indígenas. Y creemos que el primer paso en este nuevo tiempo es por la promulgación de la Ley de Consulta. Ella puede comenzar a incorporar a los pueblos indígenas y a reconducir los conflictos a mecanismos democráticos.

lunes, 14 de junio de 2010

LA GUANABANA


La Guanábana o la fruta del árbol de Graviola es un producto milagroso para matar las células cancerosas.
Es 10,000 veces más potente que la quimioterapia.
¿Por qué no estamos enterados de ello? Porque existen organizaciones interesadas en encontrar una versión sintética, que les permita obtener fabulosas utilidades.
Así que de ahora en adelante usted puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le conviene beber jugo de guanábana para prevenir la enfermedad.
Su sabor es agradable. Y por supuesto no produce los horribles efectos de la quimioterapia. Y sí tiene la posibilidad de hacerlo, plante un árbol de guanábana en su patio trasero. Todas sus partes son útiles.
La próxima vez usted que quiera beber un jugo, pídalo de guanábana.
¿Cuántas personas mueren mientras este secreto ha estado celosamente guardado para no poner en riegos las utilidades multimillonarias de grandes corporaciones?
?Como usted bien lo sabe el árbol de guanábana es bajo. No ocupa mucho espacio, Se le conoce con el nombre de Graviola en Brasil, guanábana en Hispanoamérica, y “Soursop” en Inglés.
La fruta es muy grande y su pulpa blanca, dulce , se come directamente o se la emplea normalmente, para elaborar bebidas, sorbetes, dulces etc.
El interés de esta planta se debe a sus fuertes efectos anti cancerígenos. Y aunque se le atribuyen muchas más propiedades, lo más interesante de ella es el efecto que produce sobre los tumores .. Esta planta es un remedio de cáncer probado para los cánceres de todos los tipos. Hay quienes afirman que es de gran utilidad en todas las variantes del cáncer.
Se la considera además como un agente de anti-microbial de ancho espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos; es eficaz contra los parásitos internos y los gusanos, regula tensión arterial alta y es antidepresiva, combate la tensión y los desórdenes nerviosos.
La verdad es simple: En lo profundo de la selva Amazónica crece un árbol que podría revolucionar lo que usted, su doctor, y el resto del mundo piensan sobre el tratamiento del cáncer y las oportunidades de supervivencia que ofrece, nunca antes se había presentado un panorama tan prometedor..
Las muestras de la investigación, con los extractos de este árbol milagroso, son alentadoras. Veamos algunas conclusiones:
* Es una terapia natural que no causa náuseas extrema, ni pérdida de peso o del cabello.
* Protege el sistema inmunológico, evitando las infecciones mortales
* La persona se siente más fuerte y más saludable a lo largo del tratamiento
* Esa energía renovada mejora sus perspectivas en la vida
La fuente de esta información es fascinante: procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo, quien afirma que después de más de 20 pruebas de laboratorio, realizadas a partir de 1970 los extractos revelaron que:
Destruye las células malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, del pulmón y del páncreas…
Los compuestos de este árbol demostraron actuar 10,000 veces mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que el producto Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usada en el mundo.
Y lo que es todavía más asombroso: este tipo de terapia, con el extracto de Graviola, o Guanábana, destruye tan sólo las malignas células del cáncer y no afecta las células sanas.
La pregunta que surge es: Y si las propiedades anti-cancerígenas de la Graviola han sido investigadas tan intensamente, por qué usted nunca había oído hablar al respecto ¿Si ese extracto tuviera tan siquiera el 50% de la importancia que se le atribuye, por qué los oncólogo , en los hospitales no instan a sus pacientes a usarlo?
La respuesta es sencilla: nuestras mismas vidas y nuestra salud están bajo el control del poder económico. Y la Graviola es una planta que trabaja muy bien.
Una corporación americana, multimillonaria, inició la búsqueda de una cura para el cáncer y su investigación se centró en la Graviola.
Todas sus partes mostraron ser útiles: , hojas, raíces, la pulpa y las semillas–se han sido usada durante siglos por los curanderos y los indígenas nativos en América del Sur , en el tratamiento de enfermedades del corazón, asma, problemas artritis.
Ante las primeras evidencias, la mencionada compañía gastó ingentes sumas de dinero para probar las propiedades anti-cancerígenas del árbol–y se asombró por los resultados. Parecía que se iba a convertir en la fuente de millonarias utilidades. Pero se encontraron con un obstáculo insalvable: el árbol de Graviola (Guanábana) –es completamente natural, razón por la cual no es patentable bajo la ley federal. No era posible obtener las jugosas utilidades que se esperaban de ella. No hay ninguna manera de hacer ganancias serias de él.
La compañía optó entonces por tratar de sintetizar dos de los ingredientes del potente anti- cancerígeno del árbol dela Graviola. Si ellos hubieran podido aislarlos, estarían en condiciones de patentarlo y ganar billones de dólares. Peros se encontraron con un muro infranqueable.
El original simplemente es imposible de reproducir. No había manera alguna para que la compañía mencionada pudiera protegerse comercialmente si divulgara los resultados de sus investigaciones, sin obtener antes una patente exclusiva.
Como ese sueño se ha evaporado, la compañía archivó el proyecto decidió abstenerse de publicar los resultados de su investigación.
Por suerte, un científico que participó en investigación, cuya ética profesional no le permitiría cohonestar tal decisión, resolvió arriesgarse poniéndose en contacto con una firma dedicada a estudiar las plantas de la Amazonia y se hizo el milagro.
Cuando los investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud se enteraron de las buenas nuevas, comenzaron a investigar la posibilidad de que la Graviola pudiera combatir el cáncer. La evidencia de la efectividad asombrosa de Graviola y la forma como se pretendió encubrir esa verdad no se hicieron esperan, levantando una ola de indignación.
El Instituto Nacional del Cáncer realizó la primera investigación científica en 1976. Los resultados mostraron que las hojas de la Graviola y sus tallos son eficaces atacando y destruyendo las células malignas. Inexplicablemente, los resultados se recogieron en un informe confidencial y nunca fueron entregados a la opinión pública.
Desde entonces , la Graviola ha mostrado en 20 pruebas de laboratorio, independientes , que su poder anti-cancerígeno es muy potente , aunque todavía no se ha adelantado pruebas a ciegas (doble-ciego) que son las utilizadas por la ciencia médica como referencia para juzgar el valor de tratamiento, este se comenzó .
Un estudio publicó en el Periódico Natural Products ( Productos Naturales) , recogió siguiendo un reciente estudio de la Universidad Católica de Corea Sur, declararó que un elemento, un químico de la Graviola (Guanábana) fue utilizado para matar las células de cáncer de colon de manera selectiva, con una potencia “10,000 superior a la Adriamicina normalmente usada… “
La parte más significativa del estudio de la Universidad Católica de Corea afirma que la Graviola mostró ser selectiva al atacar las células del cáncer, mientras dejaba intactas las células sanas, al contrario de la quimioterapia tradicional que ataca, sin discriminación a las células en proceso de reproducción (como las de el estómago y el cabello) , causando efectos colaterales a menudo devastadores como náusea s y la pérdida del pelo en los pacientes que la reciben.
Otro estudio reciente , de la Universidad de Purdue , Lafayette, Indiana, encontró que las hojas del árbol de Graviola matan las células de seis tipos de cáncer, en especial de la próstata, el páncreas y los pulmones. ! Una verdad ocultada por más de siete años al fin ha sido revelada.
Un suministro limitado de extracto de Graviola, cultivado y obtenido por las los indígenas del Brasil, está finalmente disponible en América.