viernes, 21 de marzo de 2008

LA MUERTE DE FRANCESA Y LA EUTANASIA

La muerte de Chantal Sébire, a la que la justicia francesa había negado un suicidio asistido por un cáncer incurable y desfigurable, ha puesto el punto final a un drama que ha reabierto el debate de la eutanasia que Francia creía haber cerrado hace tres años. Las autoridades no dieron detalles el jueves sobre cómo murió Chantal Sébire, de 52 años, el miércoles por la noche. La ex profesora sufría de un extraño y doloroso tumor nasal que le había privado del paladar, del olfato y de la vista y abultado sus ojos y nariz de forma desproporcionada. El lunes, un tribunal de Dijon le negó la ayuda médica que pedía para morir, porque eso violaría el código médico y una ley para poner fin a la vida aprobada en 2005 que permite la "eutanasia pasiva" pero prohíbe el suicidio asistido. La eutanasia activa es legal en Holanda, Bélgica, Suiza y Luxemburgo. Los tribunales franceses fallan habitualmente en contra de los médicos que administran medicamentos letales para poner fin a la vida pero a menudo eluden las penas de prisión como un gesto de gracia. La fiscalía de Dijon ha ordenado finalmente practicar la autopsia al cadáver de Chantal Sébire.

1 comentario:

Santiago Chiva, Granada dijo...

La eutanasia es un tema muy pantanoso. Se habla de legalización de la eutanasia para casos límite. Pero en Holanda, donde lleva legalizada años, no es así; se va haciendo habitual y va calando la mentalidad de que si estás enfermo lo mejor -para todos- es pedir la eutanasia, en detrimento de los cuidados paliativos

Preguntar a un enfermo si desea pedir la eutanasia es ponerle ante un dilema y ya tiene consecuencias en él. Si pide la Eutanasia, se le quita la vida y acaba el dolor, claro. Pero ¿y si pidiera medicina paliativa? Algunos dirán, con tono comprensivo, que no pasaría nada, todo sigue como siempre, se le cuida hasta que muera. Pero no. Ya nada es como antes. Si elige seguir viviendo, siempre tendrá que explicar por qué ha optado por una solución que supone más sacrificios a sus cuidadores, más dinero al Estado por gastos de la Ley de Dependencia y gastos sanitarios. El mismo personal sanitario que le cuida es el que le hubiera quitado la vida. Y como el enfermo no ha querido, hay que seguir cuidandole. Y total, para seguir sufriendo. Y los familiares, que quizá le sugirieron la eutanasia, son los que deben seguir viniendo a verle no se sabe cuantos meses o años más. Y quitando tiempo de dedicación a los niños, y con la hipoteca que les agobia, y en vacaciones, a ver que pasa... Los médicos o los familiares, no va a decir así las cosas, claro. Pero no somos tontos y sabemos cuando algo que hemos decidido no ha caído bien o resulta un engorro.

Encima, el Estado es parte interesada. Aunque los políticos se indignen, saben perfectamente que cuanta más eutanasia, más millones de euros para otros gastos sanitarios. Cuestan mucho menos dinero los trámites de defunción que un día más de cuidados paliativos. Para un contable sin prejuicios morales la mejor solución está bien clara: animar a pedir la eutanasia a todos. Sin embargo, nuestros mayores y nuestros enfermos, que con su vida han colaborado a hacer un mundo más humano, se merecen la mejor solución aunque cueste más. Si alguien quiere tener más reflexiones de interés sobre este tema en la etiqueta “EUTANASIA”: http://opinionciudadano.blogspot.com/ se encontrará unas cuantas

Gracias por ofrecerme la opción de opinar,

Santiago