Hace 16 años un comando del servicio de inteligencia del Ejercito Peruano secuestro, asesino y quemo los restos de 9 estudiantes y un Profesor de la Universidad La Cantuta ubicado en la localidad de Chosica Lima Perú.
Estos hechos salvajes se suscitaron durante el Gobierno del Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori con el siniestro asesoramiento de Vadlimiro Montesinos y diversos mandos militares que lejos de denunciar estas atrocidades, callaron y dirigieron salvajemente la ejecución de “operativos antisubversivos” al mismo nivel de los terroristas; es por eso que actualmente el primero de los nombrados enfrenta un proceso por crímenes de lesa humanidad al no haber hecho nada por evitar o investigar estos asesinatos por elementos del Estado Peruano y el resto de personajes han sido condenados y también enfrentan actualmente procesos por asesinatos, corrupción y robo.
Los restos calcinados de estas victimas fueron entregados a sus familiares, luego de una serie de análisis de investigación para determinar sus identidades y el día de mañana serán enterrados en el cementerio El Ángel de Barrios Altos – Lima.
Lejos de los merecidos homenajes que se les realizaran, este hecho nos debe llamar a la reflexión para no permitir que nuevamente se suscite -en alguna etapa de nuestra vida civilizada- estos hechos y que los responsables directos, así como los que permitieron que esto ocurra, sean castigados severamente para que nuestra sociedad pueda captar que avanzamos civilizadamente.
A los familiares, nuestro homenaje por su perseverancia -en una investigación que ya dura los 16 años - y que nunca cesaron de reclamar en todas las instancias que protegen los derechos humanos -no obstante la corrupta y cómplice accionar de las entidades del “Estado Fujimorista” que era manejado con dinero de la corrupción- luchando incesantes para lograr ser escuchados y buscar justicia.
Nuestra sociedad no debe olvidar estas atrocidades y demandemos el castigo penal que deben afrontar los autores, como demostración de convivencia civilizada.
Estos hechos salvajes se suscitaron durante el Gobierno del Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori con el siniestro asesoramiento de Vadlimiro Montesinos y diversos mandos militares que lejos de denunciar estas atrocidades, callaron y dirigieron salvajemente la ejecución de “operativos antisubversivos” al mismo nivel de los terroristas; es por eso que actualmente el primero de los nombrados enfrenta un proceso por crímenes de lesa humanidad al no haber hecho nada por evitar o investigar estos asesinatos por elementos del Estado Peruano y el resto de personajes han sido condenados y también enfrentan actualmente procesos por asesinatos, corrupción y robo.
Los restos calcinados de estas victimas fueron entregados a sus familiares, luego de una serie de análisis de investigación para determinar sus identidades y el día de mañana serán enterrados en el cementerio El Ángel de Barrios Altos – Lima.
Lejos de los merecidos homenajes que se les realizaran, este hecho nos debe llamar a la reflexión para no permitir que nuevamente se suscite -en alguna etapa de nuestra vida civilizada- estos hechos y que los responsables directos, así como los que permitieron que esto ocurra, sean castigados severamente para que nuestra sociedad pueda captar que avanzamos civilizadamente.
A los familiares, nuestro homenaje por su perseverancia -en una investigación que ya dura los 16 años - y que nunca cesaron de reclamar en todas las instancias que protegen los derechos humanos -no obstante la corrupta y cómplice accionar de las entidades del “Estado Fujimorista” que era manejado con dinero de la corrupción- luchando incesantes para lograr ser escuchados y buscar justicia.
Nuestra sociedad no debe olvidar estas atrocidades y demandemos el castigo penal que deben afrontar los autores, como demostración de convivencia civilizada.
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